Hablamos. La voz llega entre otras voces que allá, en el Turbio, están festejando a su manera al ex-presidente y amigo de los mineros. ”En realidad, el monumento ya lo inauguramos en Buenos Aires, para el primer aniversario de la muerte de Néstor. Aquí los compañeros han laburado duro para que estuviera todo a tiempo y ya está instalado. Yo miro el monumento y lo que siento es nostalgia. Pasa una nube y Néstor con los brazos extendidos. Pienso cuando se vengan las nevadas de invierno y esos brazos sigan señalando a los mineros por donde está el camino de la liberación, la independencia de nuestros pueblos, eso que tanto buscó. Y entonces me digo, bueno, hay que dejarlo descansar, hay que mirar para adelante y darle. Pasa que la figura de Néstor, lo que era Néstor para nosotros…
-… los mineros.
Sí, nosotros. Una ausencia que pesa mucho.
-¿Como fue lo de Caracas, la Celac?
Uno está acostumbrado, pero Cristina impresiona. Ella marca una presencia, entre el grupo de presidentes, no sé, Cristina tiene brillo propio y eso se lo reconocen desde Hugo Chávez hasta Dilma o Mujica. Pero esa es una visión o un sentimiento personal. Desde el punto de vista político, creo que estamos refundando la patria grande, o comenzando a cristalizar ese sueño que venimos arrastrando como una cruz de esperanza desde hace doscientos años. Hubo momentos, como golpes al corazón, donde uno no puede contener la emoción. Este encuentro de presidentes latinoamericanos será historia. Y cuando digo que fue como un golpe de emoción, lo digo porque uno es conciente de estar presenciando algo… ese algo que todos soñábamos.
Y esto se produce en un momento donde la crisis del imperio, la crisis de los países centrales que han venido –y siguen- dominando el mundo, están ante una situación terminal. Ese capitalismo furioso está en una etapa terminal. Los millones de desocupados en Europa y Estado Unidos son la muestra de quién está perdiendo en la crisis. Y si uno no interpreta mal, observa como los banqueros, los dueños de la especulación mundial ya están saqueando sus propios países. Eso.
Y entonces uno está en Caracas viendo como un continente, pueblos que vienen siendo el patio trasero del imperio, están organizando su destino. Están los ministros de economía buscando los medios de intercomunicar nuestros productos, están los presidentes. Y además, Chávez es un gran anfitrión. Abrió las puertas de su patria para todos. Y algo que sonó en los discursos, o que uno lo pudo escuchar cuando buscaba entender de donde sacamos esta nueva y gran fuerza: el No al Alca de Mar del Plata del 2005.
-Volvemos a Néstor…
Inevitable. Ese encuentro de Mar del Plata es un mojón, marca la frontera del antes y después de nuestra América. Y en eso, en la figura de Néstor, hubo reconocimiento de casi todos los presidentes, de aquellos que lo conocieron. Y la miraban a Cristina y decían lo que significó Néstor. Y Cristina que se golpea suavemente su corazón, como señalando donde está el hombre de su vida. Y en eso caminos, por esto que venimos transitando, es que se puede hablar de nuevos paradigmas.
Y la presencia del presidente Raúl Castro, de él y de Cuba como pueblo revolucionario y de Fidel, que han soportado y siguen soportando al gigante que intento ahogarlos. Cuba de nuevo, roto totalmente el aislamiento, y donde Estados Unidos no está invitado a sentarse, fue también un homenaje a la valentía de todo el pueblo cubano. Eso hay que remarcarlo porque es donde nos muestra hasta donde hemos llegado. No podemos olvidar que cuando todos estábamos metidos en pleno neoliberalismo o capitalismo salvaje, desde una Cuba solitaria, llegaba como un Faro en la noche, la luz, casi como única.
-Está emocionado…
¡Y que quiere¡ Estoy acá, en el Turbio con todos los compañeros, la militancia que se han llegado, y aquello, lo de Caracas, fue como una síntesis de todo lo que fue nuestra vida de militantes. Si uno piensa en las marchas de la CTA, en los cortes de ruta, en los millones de desocupados que dejó el desguace del Estado y como los pueblos se fueron movilizando, como se presentaron luchas donde se podía, luchas de los sin tierra, o luchas de los obreros del cobre en Chile o lucha de los hermanos originarios en Bolivia, se juntamos esos 30, 40 años de esas luchas que parecían perdidas, que los medios, los que hacen la historia nos decían que no valía la pena, que se había acabado el pensamiento liberador… esto fue el encuentro de Caracas.
Por eso un antes y un después. La historia que se acelera. Y nosotros vinimos a rendirle este homenaje a Néstor Kirchner, el amigo de la cuenca, del yacimiento, el que impulsó la súper usina que dará trabajo a cientos de nuevos mineros. Entonces dar ese salto de Caracas al Turbio, me trajo todas estas sensaciones y que se atan, no son actos sin relación, aislados. Lo que uno comprende, es que se están dando estas posibilidades de ser una Patria Grande, por estos pequeños gestos que antes le hablaba. Una noche en un corte a la luz de las fogatas, luchando por comida –como lo hemos hecho- parecía algo desprendido del mundo, hasta de la realidad. Y ahí es donde los pueblos buscaron sus líderes. No hay casualidad, sin las luchas de los pueblos, no hubieran existido Chávez, Lula, Evo, Correa o Néstor. O Cristina.
-¿Y ahora que va a hacer?
Acá, ¿en Turbio?
-Sí.
Cuando pueda, me voy a subir al cerro, voy a mirar desde allá arriba el monumento, el pueblo, las montañas. Voy a dejarles unas flores de Lino Heredia y voy a estar festejando con los compañeros. ¿Qué otra cosa se puede hacer? Pegar el salto desde Caracas al Turbio me tiene medio commocionado. Todavía tengo en mi retina a Cristina golpeando suavemente su pecho con el puño, soportando la angustia como… no sé, como uno espera que sea, uno espera que Cristina tenga la fortaleza de todo un pueblo. Y la tiene. La tiene. Y ahora lo dejo. Han llegado los “viejos”, los mineros jubilados de Puerto Natale. Traen una pancarta con la imagen de Néstor. Eso somos aquí, en el yacimiento, los trabajadores del carbón…
Palabras de Edgardo Depetri.
Aclaración: La foto que ilustra la nota, fue tomada durante la misa celebrada por el compañero Farinello, en el día del primer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner. Es en Plaza de los Dos Congresos