lunes, 27 de julio de 2009

Construir unidad popular: por el país que queremos, la fuerza que necesitamos

Aportes para el Debate
Introducción:
Asumimos la disputa política sin condicionamientos, con entrega militante, con compromiso y la convicción de que estábamos aportando lo nuestro a la gran batalla –tal como la definió “el poder”- de la provincia de Buenos Aires. De esto tenemos que estar orgullosos, porque estuvimos a la altura de las circunstancias, dando todo de nosotros para cumplir con el objetivo al que nos comprometimos de cuerpo, alma y corazón.La correcta acción de unidad que desarrollamos con los partidos y movimientos sociales, nos marcó un lugar de pertenencia en el Frente para la Victoria y en el movimiento popular. El acto con los trabajadores y la militancia de la CTA, que realizamos como cierre de campaña, marcó nuestra identidad como clase trabajadora y pueblo.No hay dudas de que el Frente Transversal pudo desarrollar una buena campaña electoral, con una fuerte movilización territorial de toda su militancia en los barrios y en los espacios sindicales, en los jóvenes, en las áreas estratégicas, en salud, educación, cultura, políticas sociales, política internacional, organización, en esos espacios tuvimos una activa presencia comunicacional, mediática, y callejera, y suficiencia de recursos propios, que sostuvieron nuestras actividades.La solidaridad y la responsabilidad que tomó la militancia, los referentes distritales y la Mesa Nacional, desde que impulsamos el acto en el Luna Park y que no paró hasta el día de la elección, nos hizo crecer como fuerza y nos consolidó como parte de un proyecto político social más amplio.Pero no alcanzó. El 28 fue un triunfo de los grupos económicos y una inocultable derrota del pueblo y del campo popular. Y no una derrota que sale de la nada. Era algo que se había iniciado con la 125, con el voto “no positivo” de Cobos y la rebelión de la derecha colgándose de la patria gaucha y que fue utilizada para comenzar a posicionarse para la contienda electoral. La derecha encuentra su punto de unión con la clase media en la 125. Y ahí ya podemos visualizar cómo se fue armando el entramado de la Mesa de Enlace con sectores políticos, económicos, sindicales y comunicacionales francamente destituyentes.El mensaje del poder era que se puede volver a reinstalar un escenario similar al 19 y 20 de diciembre de 2001 y no hay que esperar a vencer a este gobierno en términos electorales, dicen tenemos fuerzas, tenemos capacidad para golpearlo ya y volver a reinstalar políticas públicas que garanticen la gobernabilidad. La gobernabilidad como la quiere el poder, frenando la política de distribución del ingreso nacional y protegiendo sus ganancias.La disputa por el modeloEl poder decidió disputar la rentabilidad de este modelo y nos dijo basta desde mucho antes que el 28 de junio. Trabajaron permanentemente para derrotar e este gobierno, pero esto es una parte parcial del análisis, que debe ser más amplio. No sólo de este espacio y de todos los espacios del campo popular, sino que debe haber expresiones del gobierno también, que tiene la responsabilidad de conducir el proceso, porque no hay mesas colectivas donde uno pueda discutir la política, no hay espacios de reflexión compartidos, donde nosotros podamos plantear con claridad y humildad nuestra mirada a quienes son los verdaderos responsables de conducir la idea de país y de sociedad que queremos. Necesitamos este debate, para definir etapas, responsabilidades y roles del momento.Porque es evidente que el poder económico es el que más se benefició con la caída electoral del gobierno de Cristina Kirchner. Ni siquiera de Narváez-Solá ni la Coalición Cívica, sino la Unión Industrial Argentina y la AEA, que son los grandes grupos económicos, que ya plantearon que la Argentina tiene que devaluar y que hay que colocar el dólar a 4.50 ó 5 pesos, lo que significaría desvalorizar el salario de los trabajadores y nos haría retroceder una vez más.Tampoco es casual la aparición de Duhalde. Se equivocan quienes creen que Duhalde aparece sólo por la interna del PJ; lo hace, para discutir el modelo y para presionar hacia la devaluación de la moneda nacional y para armar con Macri la candidatura a presidente de la República y hacer una recomposición no sólo del PJ sino de la derecha, y no para disputar el 2011 porque ya está discutiendo hoy qué tiene que hacer el gobierno. Por eso la UIA -ni lenta y perezosa- planteó el aumento del dólar, y dice no hay que discutir convenios colectivos de trabajo, que no hay que discutir salario, que hay que parar el gasto público, que para nosotros es inversión social. Nos hacen acordar cuando votaron la ley de presupuesto cero –en el gobierno de la Alianza- o sea, cero salud, cero educación, cero agua potable.Esa es la ofensiva del poder, porque ve en la derrota electoral del gobierno que puede ir por sus reivindicaciones, por sus intereses, y esto demuestra, a algunos que nos corrieron por izquierda en el proceso electoral, que ante nuestra caída, la caída de kirchner y del gobierno de Cristina, se afianza el poder de la derecha que no sólo se expresa en lo electoral sino en lo económico, en lo político, en lo sindical, en lo comunicacional y se expresa en lo cultural. Por eso, quien más avanzó después del 28 en plantear el pliego de sus demandas fue el poder económico a través de la UIA.Y con el argumento de que perdimos en todos los centros y las provincias agrarias, la Mesa de Enlace reclama la baja en las retenciones a la soja, lo cual implicaría transferirle cinco mil millones de dólares a dos mil quinientas familias propietarias de 12 millones de toneladas de soja que aún esperan ser vendidas, en los silos o silos bolsas, pero nada dicen para defender los intereses de los pequeños productores de frutas y hortalizas, ni siquiera de maíz, trigo y carne que son los alimentos que consume nuestro pueblo.Y ni hablar del sector financiero y de los multimedios. Sus grandes escribas no disimulan su alegría. Ellos pensaban que ganábamos en la provincia de Buenos Aires y entonces armaron la campaña del fraude para deslegitimar, de cualquier manera, el resultado electoral y prepararse para la disputa de la rentabilidad del modelo. Lo hubiesen hecho igual por más que ganáramos por dos o cuatro puntos. El poder funciona e incide en la vida de los argentinos y no entender esto, cómo funciona el poder y cuáles son sus decisiones fundamentales, es subestimar el proceso electoral como muchos hicieron y a quienes enfrentamos.
Edgardo Depetri

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