martes, 7 de julio de 2009

La CIA y otros socios

Honduras: Nuevo escenario de la CIA y otros socios

Stella Calloni • Argentina
06-07-2009

El golpe militar en Honduras del pasado 28 de junio, contra el gobierno del presidente Manuel Zelaya, surgido del Partido Liberal quien tomó caminos independientes, rechazando imposiciones como el Tratado de Libre Comercio (TLC), uniéndose al proyecto latinoamericano de integración (ALBA) y creando alianzas con organizaciones populares, será desde hoy y para siempre uno de los mayores ensayos del terrorismo mediático, entre otros modelos. Pero también lleva muchos mensajes detrás. La Organización de Estados Americanos (OEA) actuó tardíamente. El 26 de junio debía haber estado en Honduras, como lo reclamó el presidente Zelaya. Si bien tomó una posición ante la fuerte presencia de América Latina, que incluso llevó al Secretario General, José Miguel Insulza a entregar en manos propias el ultimátum a los golpistas, algunos sectores plantean dudas sobre la lentitud de esos movimientos.
Analizando el golpe en sí, que no se diferencia de todo lo actuado a lo largo del Siglo XX y lo que va del XXI por Estados Unidos en América Latina, este lleva otras cargas agregadas.
Abiertamente la televisora CNN, hizo todo lo posible por legalizarlo. Burdo y evidente ha sido el intento.
Durante el primer día del golpe, que comenzó con el secuestro extremadamente violento del presidente y el traslado ilegal a Costa Rica bajo monitoreo de las bases militares estadounidenses en Honduras, CNN intentó durante todo el día a través de una serie de entrevistas que se inculpara al presidente Zelaya.
La pregunta en términos generales era “¿Ud. no cree que el presidente Zelaya es responsable por haber intentado esta consulta que muchos rechazaban?”. Las respuestas mayoritariamente fueron contra el golpe, ante lo cual, la primera acción resultó derrotada. Por no así la continuidad de la propaganda por otros medios.
La supuesta “objetividad” con que se reciben y leen mensajes, la mayoría de los cuáles siempre favorecen las posiciones del discurso hegemónico de la empresa, es falsa. Por una parte se descartan mensajes contrarios y no se informa sobre la realidad de que la mayoría del pueblo hondureño no tiene acceso a Internet y que otros miles están huyendo o en la clandestinidad ante la represión golpista.
Se contradice CNN. Zelaya había propuesto una consulta al pueblo el 28 de junio para saber si se apoyaba instalar otra urna en las elecciones de noviembre próximo para aprobar o no la instalación de una Asamblea Constituyente.
Si los golpistas pensaban —como argumentó CNN el 4 de julio pasado— que Zelaya tenía solo el 30 por ciento de los votos.¿por qué no dejaron que se votara ese 28 de junio si iba a perder?.
¿Era necesario el golpe brutal para impedir la consulta cuando las urnas —según CNN— desfavorecían al mandatario y cuando incluso quedaba un nuevo escenario donde discutir democráticamente estas cuestiones como son las elecciones de noviembre próximo?.
Si el mandatario solo tenía un respaldo mínimo, ¿por qué no esperar unas horas a su presunta derrota en la consulta y no presentarse a la madrugada en su casa secuestrarlo e imponer un golpe que siempre conlleva terrorismo de Estado?.
En este intento de razonamientos simples debemos citar otro ocultamiento. La historia regional no aparece como contexto, ni la ocupación colonial de esa región por Estados Unidos a lo largo del siglo XX, de lo que el nombre terrible de “repúblicas bananeras” para las naciones centroamericanas, cuyos pueblos han dado muestra de una larga resistencia.
La suma de víctimas en esas resistencias contra las dictaduras impuestas por Washington a lo largo de la mayor parte del siglo XX, alcanza a casi 400 mil muertes, si consideramos que en Guatemala solamente se registraron 90 mil desapariciones forzadas y más de cien mil muertos. Sumado a esto los muertos y desaparecidos bajo las dictaduras de la familia Somoza en Nicaragua y los militares en El Salvador, y luego en la guerra encubierta de Estados Unidos contra el pueblo nicaragüense no hay ninguna exageración en esa cifra.
Si el golpe en Honduras no se evalúa en los términos de esa realidad, es imposible entender el peligro que la actual asonada significa para América Latina y el porqué la única respuesta a esto es la restitución del mandatario.
Presidentes elegidos por la voluntad popular fueron derribados por invasiones e intervenciones a lo largo de la historia, tanto en los años 50, como 60, 70, 80. A fines de los años 90 y especialmente en el siglo XXI, el surgimiento de nuevos gobernantes, que se escapan del encuadramiento de la vieja Guerra Fría, provocó otros intentos golpistas fracasados como el de Venezuela en abril de 2002 contra el presidente Hugo Chávez o los intentos aparentemente “cívicos” con fuerzas paramilitares detrás, como lo actuado contra el presidente Evo Morales en Bolivia en septiembre del 2008.
Los golpes duros o “suaves” se multiplican en la tarea demoledora de desestabilizar gobiernos contando con el apoyo la National Encowment Foundation (NED) y la USAID (Agencia Internacional para el desarrollo (USAID), es decir la CIA estadounidense, responsable también de la guerra contra Nicaragua y la invasión a Panamá en 1989, entre otras actuaciones “memorables” en la región.
En 1983 el investigador y periodista argentino, Gregorio Selser escribió el libro Honduras, República alquilada publicado en México ese año, donde denunciaba la complicidad de las dirigencias políticas de ese país con la larga ocupación de las transnacionales fruteras y otras y la intervención militar de Estados Unidos.
Marcando su respeto por el pueblo hondureño, sometido a la infamia de dictaduras y poderes congresionales que lo traicionaban siempre, Selser demostró documentadamente que Honduras fue un país utilizado por Washington como plataforma de agresión regional desde los tiempos en que las compañías fruteras imponían a los gobernantes de turno.
Por esta razón es imposible hablar de lo que está sucediendo en ese país sin mencionar la presencia de bases militares de Estados Unidos y el ocultamiento de ese factor es parte del golpe.
No es un “olvido” común que no se registre en los antecedentes todo lo que sucedió en esa región, donde la multimillonaria ayuda militar de Estados Unidos sostuvo los criminales dictadores centroamericanos.
Está documentado que desde esas bases en territorio hondureño partió en 1954 la invasión contra el presidente legítimo de Guatemala Jacobo Arbenz y lo actuado en los años contra El Salvador, y Nicaragua.
http://hondurascontaminada.blogspot.com/

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